En el ámbito de la formación, es común ver cómo muchas personas optan por un enfoque improvisado, eligiendo recursos de aprendizaje sueltos sin una estrategia clara. Las razones detrás de ello suelen ser "elige un podcast como recurso, que están de moda", "la metodología tiene que ser gamificación porque es lo más demandado"... A veces, esa selección de herramientas, plataformas y contenidos termina pareciendo más un collage desorganizado que una experiencia formativa coherente. Esto es lo que llamo el "método Frankenstein": una formación hecha de partes desiguales que no encajan del todo bien. Sobre la página puede parecer atractiva, pero en la evaluación del proyecto podrás ver que hará aguas por todos lados.