La Taxonomía de Bloom, desarrollada por Benjamin Bloom en 1956 y revisada posteriormente por sus discípulos Lorin Anderson y David R. Krathwohl en 2001, es un marco ampliamente utilizado en la pedagogía para identificar las habilidades cognitivas que los estudiantes deben desarrollar.
Tradicionalmente, la taxonomía se ha organizado en seis niveles de complejidad cognitiva: Recordar, Comprender, Aplicar, Analizar, Evaluar y Crear. Sin embargo, la aparición de las IA Generativas ha planteado la necesidad de actualizar esta taxonomía para reflejar las nuevas realidades de la educación digital.
Via Edumorfosis