Esta Comisión difunde en su página web y en su canal de YouTube nuevas cápsulas de video e infografías sobre las características de esta evaluación y recomendaciones para su aplicación en los centros escolares.
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jesus.sant.gonz@gmail.com's curator insight,
December 17, 6:12 AM
La Inteligencia Artificial ya no es una promesa futura ni una moda tecnológica pasajera: es una realidad que está redefiniendo la educación, la economía y la toma de decisiones públicas. En este contexto, Colombia da un paso relevante al presentar ante el Congreso un Proyecto de Ley de Inteligencia Artificial que busca ordenar, regular y orientar su desarrollo desde una perspectiva ética, democrática, inclusiva y sostenible. El proyecto no se limita a establecer límites, sino que plantea una visión estratégica del uso de la IA al servicio del país. Tal como se recoge en el vídeo, la propuesta se articula en torno a cinco grandes ejes: educación con IA, soberanía y transición ecológica, industria aeroespacial y tecnologías cuánticas, bioeconomía aplicada a la salud y la agricultura, y la participación activa de poblaciones históricamente excluidas. Especialmente relevante es el enfoque educativo. La IA se plantea como una herramienta para reducir brechas, mejorar el acceso al conocimiento y fortalecer los sistemas de aprendizaje, siempre bajo criterios de equidad y supervisión humana. Esta rompe visión con el discurso tecnocrático habitual y sitúa a la educación como un pilar central del desarrollo tecnológico, no como un efecto colateral. Asimismo, el énfasis en la soberanía tecnológica y la transición ecológica muestra una intención clara: no depender exclusivamente de modelos externos ni sacrificar la sostenibilidad en un cambio de innovación. Vincular la IA con la bioeconomía, la salud y la agricultura apunta a un uso práctico, contextualizado y conectado con las necesidades reales del país.
Ahora bien, la ambición del proyecto también plantea interrogantes importantes. Regular la IA desde la ley es un paso imprescindible, pero el verdadero reto estará en la implementación. Sin inversión sostenida, formación del profesorado, capacitación técnica y estructuras de supervisión eficaces, el marco legal puede quedarse en una declaración de intenciones. Además, garantizar la participación real de comunidades históricamente excluidas no es solo una cuestión normativa, sino política y estructural. Si estas poblaciones no tienen acceso efectivo a la tecnología, a la alfabetización digital ya los espacios de decisión, el riesgo de reproducir desigualdades sigue presente, incluso bajo un discurso inclusivo. Por último, será clave mantener un equilibrio entre innovación y control. Regular no debe significar frenar, pero tampoco permitir un desarrollo opaco, deshumanizado o guiado únicamente por intereses económicos. La IA exige una gobernanza flexible, revisable y acompañada de evaluación constante. En definitiva, Colombia marca una dirección clara: apostar por una Inteligencia Artificial con propósito social. El desafío ahora no es el discurso, sino convertir esta visión en prácticas reales que impacten de verdad en la educación, la justicia social y el desarrollo sostenible del país. |
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