Que hay que releer la traducción cuando la terminamos es vital. Que hay que tener el corrector activado o pasarlo después, también. Que cuatro ojos ven más que dos es de sobra conocido. Sin embargo, siempre se nos escapa un gazapo o acabamos en las garras de Titivillus.
Por si no lo conocéis, Titivillus era un demonio que trabajaba bajo las órdenes de Lucifer y se le atribuían los errores en el trabajo de los escribas: ortográficos, gramaticales, de ..."

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