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9 Pasos para dar feedback positivo o negativo, eligiendo el momento para poner en práctica el método de comunicación.
Via Laura Martin
Tememos a los robots y sus potenciales capacidades porque asumimos que competirán contra nosotros, pero los expertos califican este escenario como "ciencia ficción" vía @JoanClotet
Via MyKLogica
Dedicado a divulgar los mejores conocimientos y prácticas de administración de las organizaciones y empresas.
Via Manuel Gross
La empatía es una habilidad social que nos permite sentir o percibir lo que otra persona experimenta en una situación determinada, y esto se debe a que nos identificamos mental y afectivamente con …
The election of Barack Obama marked the emergence of the Tea Party, a radical right-wing movement that challenged the Republican establishment and ultimately fueled the rise of Donald Trump.
Where did the Tea Party come from? That’s the question renowned sociologist Arlie Russell Hochschild set out to explore in her new book, Strangers in Their Own Land: Anger and Mourning on the American Right.
She traveled from her home in Berkeley, California—educated, affluent, liberal, and diverse—to one of the poorest, least educated, most conservative, and most racially divided states in America: Louisiana. There she spent five years listening to Tea Party conservatives who later came to support Donald Trump—mainly working-class whites.
Hochschild was a graduate student at the University of California, Berkeley, during the tumultuous period of the 1960s—one that shaped her values, politics, and academic research. Unlike many sociologists—who tend to study how societies are organized—Hochschild has focused on the role of human emotions in shaping relationships and political behavior. She is probably best-known as the author of The Second Shift, a pioneering exploration of the division of labor between men and women at home.
We discussed her research for Strangers in Their Own Land, what it could tell us about how divided America has become—and how we might begin to bridge our differences.
Via David Hain
Ayudar a desarrollar la Inteligencia Emocional a nuestros jóvenes cada vez será más fácil y, en esto, los más pequeños, según se vaya integrando en la escuela (la Inteligencia Emocional), nos llevarán una gran ventaja. Nuestro reto es con los jóvenes de hoy, aquellos que están comenzando su andadura profesional, sea a través del tipo de estudios que sea, aportándoles comportamientos que les permitan aprovechar su punto de partida.
Via MyKLogica
Las personas amables y dichosas mejoran el ambiente de oficina. Así se obra el contagio emocional Si usted aún cree que lo puede controlar todo en su vida, este es el artículo que debe leer, porque los estudios científicos especializados en neurología y psicología siguen aportando información acerca de cómo reacciona nuestro cerebro y cómo nos hace sentir sin que nosotros podamos hacer nada al respecto. Nuestra masa gris es susceptible de experimentar lo mismo que otra persona simplemente con la mera observación y el procesamiento de imágenes, como se demuestra en la reciente investigación coordinada por el doctor Neil Harrison de la Universidad de Sussex, en Reino Unido. En ella, un grupo de personas vieron diferentes vídeos de actores que colocaban sus manos sobre fuentes de mucho frío. La temperatura corporal del espectador bajaba, al instante, unos grados. ¿Magia potagia? No exactamente.
vía @virginiog @evacolladoduran
Via MyKLogica
Una corriente establecida en el ámbito de la dirección de personas en la empresa diferencia entre "gestión" y "liderazgo". Llama gestión a los aspectos micro que mantienen el día a día de la empres...
En la mayor parte de empresas de cuño tradicional ó 1.0, la visión de un buen profesional es aquella de serio, emocionalmente aséptico y “lineal”, que toma decisiones desde un punto de vista “lógico numérico del negocio”, asimilando lógica a matemáticas, ignorando u obviando que hay muchos tipos de lógica (incluída la emocional) y olvidándose del “factor humano” en los cálculos empresariales, sin ser conscientes de los impactos económicos y sociales de decisiones llevadas a cabo de tal forma, entre otros, como comentaba en una entrada anterior, empobrecimiento de mercados, lo que a la postre, les lleva a agotar su propio mercado y a la propia obsolescencia de la empresa, por la poca implicación de sus colaboradores.
Via MyKLogica
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Últimamente, empatía es una palabra que suele aparecer muchísimo en diferentes contextos de trabajo. Es muy probable que este fenómen
Via Marta Torán
Dedicado a divulgar los mejores conocimientos y prácticas de administración de las organizaciones y empresas.
Via Manuel Gross
In the world of business, empathy is a hot topic. Articles on empathy have appeared in the Harvard Business Review, The Wall Street Journal, Huffington Post, Time, and many other outlets. Empathy has also proven to be a popular theme of recent commencement addresses—last spring’s graduates of the University of Michigan and Howard University, where President Obama did the honors, heard speeches about the importance of empathy.
Why all the interest? In a word: technology. Every job that can be automated is, or will be in the not-too-distant future. As a result, organizations are shifting focus to the jobs and interpersonal skills that machines and software will never replace. A study published in the August 2015 issue of Harvard Business Review reports that, since the 1980s, occupations enjoying the highest job and wage growth are social skill-intensive. Work is becoming more team-based and requires the flexibility and adaptability that computers cannot deliver. Social or “soft” skills are now critical differentiators that distinguish organizations as both employers and competitors.
Empathy, as this article will show, is the most important of these soft skills for effective leadership. Unfortunately, while there is growing recognition of empathy’s importance, many organizations are unsure how, and if, empathy can be developed.
To bring greater clarity about empathy, we offer new research. Specifically, this research addresses the importance of having empathetic leaders, the developability of empathy, and the impact empathetic leaders can have on organizational performance.
Via David Hain
Interpersonal skills are a prerequisite for harnessing outside-the-box thinking on behalf of others, and they’re just as important as math, science and technology training.
Successful leadership is defined by a single ingredient: it’s mastering successful conversations. By looking at the relationship between interaction skills and job performance, it’s easy to see why empathy is so important.
“Overwhelmingly, empathy tops the list as the most critical driver of overall performance. It also consistently relates to higher performance in each of the four leadership domains. Download PDF Empathy Still Matters: In Every Way No matter what your favorite definition of leadership is (there are 462 million Google® entries), we believe it’s largely dependent on a single ingredient: mastering successful conversations. By the end of each day, leaders likely have had multiple conversations with a range of their constituents. Each of these interactions will collectively determine their ultimate success as a leader. http://www.ddiworld.com/DDI/media/trend-research/hirezleadership-findings/hirezleadership_is-empathy-boss_finding_ddi.pdf?ext=.pdf ”
Via Edwin Rutsch, Lynnette Van Dyke
Con todo mi respeto a las nuevas teorías, en las que la causa-efecto se ha ¿desestimado? porque ¿se encuentra en todo el proceso? … desde mi perspectiva la causa-efecto es la base de nuestra motivación, al menos de la mía (además de ser mi técnica de aprendizaje: qué “comportamientos” propiciaron qué, porqué …. qué quiero lograr, qué he de modificar, reforzar, eliminar o incorporar …), otra cuestión es que debiéramos actualizarla a la nueva realidad emocional e incorporar “los efectos mariposa” que vamos descubriendo.
Via MyKLogica
Cuando hablamos de competencias y valores para muchos son un concepto teórico y no una realidad y un reflejo de cómo actuamos y nos comportamos por la vida; a la postre, “llegar a ser competente” en algo, tiene más que ver con la práctica, que con la teoría.
Via MyKLogica
Ya sé que estamos inmersos en una cultura que valora mucho la prisa, el mensaje corto y directo y el "no te enrolles y ve al grano". Quizás por eso tienen tanto éxito Twitter y otras formas de microblogging, o los comentarios cortos en Facebook. Nos garantizan que no nos van a requerir más de unos segundos y, si lo hacen, que podemos pasar al siguiente que seguro que es corto y jugoso.
Por eso me he pensado compartir este vídeo y su comentario. Es larguísimo para los estándares de "dígalo en un minuto". Y al final me he dicho "seguro que habrá quienes no sean capaces de dedicar veinte minutos y veinte segundos a verlo... peor para ellos". Los demás, los que sí sean capaces de verlo con la necesaria atención, van a poder disfrutar de unas interesantísimas reflexiones acerca de cómo las base de la empatía, el sentido de pertenencia y la cohesión social se fundamentan en la autoestima. Pero no en la autoestima de quienes subrayan sólo "lo positivo" o recitan "autoafirmaciones positivas", no. Precísamente en la autoestima de quienes, sabiéndonos imperfectos y vulnerables, aceptamos nuestra imperfección y nuestra vulnerabilidad... lo que nos capacita para aceptar la de los demás. Aceptar lo que no nos gusta de nosotros no significa resignarnos a ello, ya hemos hablado de eso en otra ocasión. Sin embargo, no aceptarnos es la base de la vergüenza y de los sentimientos de indignidad, de no ser lo suficientemente lo que sea y de no ser lo suficientemente buenos para merecer no sé qué. Hay dos grandes antídotos para la vivencia dolorosa de la vulnerabilidad: la negación a través de sesgar la percepción hacia "lo positivo" y la aceptación a través de la autoestima y la empatía. Bueno, también están los psicópatas, pero esos es que ni llegan a percibir su incompletud y, quizás por eso, son incapaces de empatizar. Así que aceptémonos con amor por nuestra propia imperfección, eso nos hará más sosegados y empáticos. Y hagámoslo con coraje, es decir, con la apertura de corazón necesaria para mostrarnos como somos, ante nosotros y ante el mundo.
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