Si hacemos un electroimán lo ideal sería que el núcleo fuese de hierro dulce, pero no es un material muy fácil de conseguir. Con
un tornillo o un clavo el problema es que se imantan en ligera medida, de forma que cuando desconectamos el electroimán sigue atrayendo un poco.Vamos a dar un tratamiento térmico a un tornillo para cambiar su estructura cristalina de forma que se comporte mejor, de forma más parecida al hierro dulce, con una histéresis magnética muy pequeña.