La primera pantalla fue la cinematográfica, después la televisión entró en nuestras casas y se transformó en el centro de atención del grupo familiar, que se informaba, entretenía y ¿formaba? en torno a ella. La tercera se manifestó como rostro del ordenador, y a su través pudimos acceder a esa especie de Biblioteca de Alejandría moderna que es Internet. Todo está allí, desde el cine a la consulta médica, la respuesta a cualquier pregunta, redes sociales, deportes, música o películas. Pero de pronto todo lo anterior ha aparecido en la palma de nuestra mano: es la cuarta pantalla.
La implantación de la telefonía de banda ancha ha convertido a los Smartphone en una especie de epicentro de cualquier forma de entretenimiento, información o comunicación que nos podamos imaginar y de alguna que aun no nos imaginamos. Los contenidos producidos ya en este momento tienen en los Smartphone su destino prioritario, si del público joven hablamos. Y hablamos, por lo tanto, del futuro.
Revista de Comunicación de la Seeci, Número 40 - Julio 2016 - Año XX