Ya la semana pasada hablaba yo acerca de cómo, el pensamiento de diseño o design thinking nos podía ayudar a nosotros como formadores a generar un ambiente que motive a nuestros estudiantes o público en general, a querer aprender más sobre los temas que les enseñamos, tan solo realizando pequeños cambios en la distribución del sitio donde impartimos clases o aceptando las ideas que ellos propongan.
Via Gumersindo Fernández