Cuando echamos un ojo a los tuits que lanzan las personas que seguimos en Twitter, siempre hay alguno que nos llama la atención. Por ejemplo, la imagen de un perrito jugando con una pelota, la típica frase que nos anima a empezar con energía un lunes, o un chiste que sólo necesita 140 caracteres para hacer gracia. Suena lógico que después queramos compartir tales tuits con los amigos.