Sobrevolar el cauce de un río. Estudiar in situ la copa de un árbol o las formaciones geológicas en una quebrada o una barranca. Registrar desde el aire un evento deportivo o una fiesta popular. Realizar cálculos y operaciones matemáticas. Construir y desarrollar con los estudiantes drones de bajo costo, apelando a la robótica, la programación y la impresión 3D.
Así como sucedió con la realidad aumentada, la visualización de datos o la propia internet, la comunidad educativa tiene el desafío y la oportunidad de apropiarse de una tecnología que no nació con un objetivo educativo específico.
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