En la actualidad, menos del 10% de los hogares españoles dispone de al menos un dispositivo con conectividad inteligente. Estamos, por tanto, en una etapa muy temprana del fenómeno conocido como ‘smart home’, cuando nuestras casas comenzarán a gestionarse por sí solas de una manera mucho más eficiente y ecológica de lo que nunca podríamos hacer nosotros.
Y, si bien los primeros equipamientos conectados a Internet en la vivienda han sido los sistemas de seguridad -como alarmas y cámaras de videovigilancia- parece que la verdadera explosión de este paradigma vendrá de dotar de autonomía a nuestra calefacción y consumo energético.