«A pesar de la relevancia económica del petróleo, la estructura molecular de algunas de sus fracciones pesadas continúa siendo una incógnita, por la complejidad en las mezclas y la falta de patrones y técnicas adecuadas para el estudio de algunos de sus componentes». Quien así se expresa es Diego Peña Gil, investigador principal del CiQUS y responsable de la línea de colaboración que el centro mantiene abierta con el IBM Research en Suiza; una prolífica relación integrada por físicos (IBM) y químicos (CiQUS), que ya ha dado lugar a numerosas publicaciones colectivas entre ambas instituciones. Fruto de esta interacción multidisciplinar, en 2015 los científicos conseguían determinar la estructura molecular de una de las fracciones más intrigantes y problemáticas de este combustible fósil: la compuesta por un tipo de moléculas conocidas como asfaltenos.