El ecosistema boreal o taiga, una franja de bosque septentrional que cubre el 17% de la superficie terrestre del globo, está adaptado al fuego. Lleva ardiendo regularmente miles de años. En este vasto paisaje casi no hay carreteras, líneas ferroviarias, tendidos eléctricos o ciudades del ser humano. A menudo las llamas se extienden hasta que cambia el viento y cae la lluvia.
Aquí, en Alaska central, en nuestros delgados abetos se abren conos resinosos para que broten nuevas ramitas si se quema el árbol principal. La adelfilla, que crece rápidamente, y otras flores cubren las cicatrices recientes del fuego. Poco después llegan los arándanos silvestres, los sauces y el abedul, y álamos que crecen de tocones y raíces que aún viven. Con el tiempo, las inflamables coníferas toman el control de nuevo.
Típicamente, el ciclo se reanuda cada 200 años más o menos. Pero hoy los ciclos son alrededor de un 25% más cortos que en el pasado, y eso lo cambia todo.
vía @_Erlik_Khan_
El ciclo de incendios naturales se está acelerando... por favor, no ayudemos con intencionados...