La solución parece demasiado obvia como para merecer nuestra atención, pero en realidad existen complejos estudios sobre el comportamiento de las ondas electromagnéticas que respaldan a esta simple acción. Jason Cole del Imperial College London explica que la señal WiFi rebota a través de todas las habitaciones en nuestro hogar, cayendo luego en un patrón estable. Si aparece un «pozo» en la cobertura del router, con moverlo apenas unos centímetros podemos cambiar ese patrón y desplazar el pozo por completo.
Via Gumersindo Fernández