En el programa de esta semana de Órbita Laika (último de la segunda temporada) me propuse hablar otra vez de la neurociencia de los sentidos, en este caso del sentido del gusto y de la capacidad de la lengua para detectar sabores. En una primera parte explicamos cómo funcionan estos neurorreceptores del sabor e hicimos la prueba que se suele hacer para detectar a los supergustadores, un tipo de personas que, por genética, tiene más receptores que la media y suele tener problemas con algunas comidas. En la segunda parte hackeamos la lengua de nuestro invitado, Miki Nadal, mediante una baya llamada "fruta milagrosa" (Synsepalum dulcificum) que bloquea los receptores de lo amargo y lo ácido, hasta el punto de que tras paladearlo, hasta un limón nos sabe dulce.