Alterando sutilmente ciertas interacciones cuánticas en la materia, científicos de la Universidad de Leeds han mostrado por vez primera cómo generar magnetismo en metales que no son normalmente magnéticos. Los imanes sintéticos podrían ser una realidad usando esta técnica que podría reducir un día nuestra dependencia a metales raros o tóxicos en cosas tales como turbinas de viento, discos duros y dispositivos de imágenes médicas que usen campos magnéticos.
“El ser capaz de generar magnetismo en materiales que no son magnéticos por naturaleza abre un nuevo camino a dispositivos que usan elementos abundantes y de poco riesgo, tales como el carbón y el cobre”, dice el estudiante posgraduado Farma Sl Ma’Mari, de la escuela de física y astronomía de la Universidad de Leeds.
Ordinariamente hay solamente tres clases de metales que son ferromagnéticos, esto es, que son capaces de hacerse magnéticos en presencia de campos magnéticos y mantenerse así hasta que el campo es eliminado, a temperatura ambiente. Estos son el acero, el cobalto y el níquel. La razón detrás de este limitado número de materiales ferromagnéticos es debido a una condición atómica conocida como el criterio de Stoner, que determina la distribución de electrones en un átomo y la fuerza de sus interacciones.