Durante el segundo tercio del siglo XX tres grupos en el mundo se encontraban estudiando la molécula del ADN. Uno en los Estados Unidos dirigido por Linus Pauling en el Instituto de Tecnología de California. Investigaba las proteínas y en 1951 publicaron un trabajo en el que se proponía un modelo de la configuración de las proteínas complejas en la alfa-hélice. Después su interés se dirigiría al ácido desoxirribonucleico. Otro científico, esta vez en Inglaterra, estaba estudiando el ADN en el esperma de carnero y el timo de ternera con difracción de rayos X. Se trata de Maurice Wilkins que entonces se encontraba en el Laboratorio de Biofísica del King's College. Logró aplicar la técnica a moléculas que no estaban cristalizadas y en 1950 presentó a un congreso que se celebró en Nápoles una fotografía del ADN tomada con la misma. Por otro lado, James Watson, zoólogo, genetista y biólogo molecular, al ver la fotografía quiso aprender cristalografía para estudiar también el ADN. A través de Salvador Luria consiguió permiso para realizar estudios postdoctorales en el Laboratorio Cavendish, de Cambridge. Allí conoció a Francis Harry C. Crick, físico y biólogo molecular. Formando parte del grupo liderado por Perutz y Kendrew estudiaba las macromoléculas, especialmente el ADN. Por tanto: el Instituto de Tecnología de California, el Laboratorio Cavendish, de Cambridge, y el Kin's College, de Londres, donde se integró Rosalind Franklin [1].