El gobierno de España, a través de sus ministros de Ciencia y Sanidad, ha anunciado recientemente una "ofensiva" contra las pseudocioencias y las pseudoterapias, que pretende expulsarlas de los centros educativos y sanitarios. De esta forma, leemos en la prensa que, por ejemplo, "los establecimientos públicos o privados que incluyan pseudoterapias no podrán llamarse centros sanitarios". El gobierno sale al paso de datos como los de la última "Encuesta de percepción social de la Ciencia y la Tecnología" encargada por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT), que confirman los porcentajes escandalosamente altos de personas que siguen creyendo en la utilidad de falsas terapias como la homeopatía, la acupuntura o la imposición de manos (que ahora se llama reiki), lo cual se traduce en datos aún más preocupantes: en torno al 20% de la población ha usado recientemente pseudoterapias, y de ellos, en torno al 25% lo ha hecho en sustitución de un tratamiento médico real (actividad de alto riesgo, como ya han mostrado estudios recientes, de los que ya nos hicimos eco en este cuaderno de bitácora).