Esta estrella variable localizada a 20 000 años luz de distancia de nosotros en la constelación del Unicornio, sufrió una espectacular explosión el 6 de enero de 2002. Hasta ese momento había pasado desapercibida debido a su escaso brillo (su magnitud está en 15'6, bastante difícil de ver aún con telescopios), pero en el momento de la explosión llegó a ser 600 000 veces más brillante que nuestro Sol, convirtiéndose durante unas semanas en una de las estrellas más luminosas de la Vía Láctea. Se ha estimado que su tamaño creció en unos pocos meses hasta más de 1500 radios solares ¡casi la órbita de Júpiter!. La curva de luz medida por los astrónomos apuntaba a una explosión de nova, más adelante veremos qué es.