Los físicos Joaquín Sevilla y Javier Armentia se remontan a Napoleón Bonaparte para situar el origen de la técnica por la que, mediante calor, se eliminan los microorganismos, como bacterias u hongos, que pueden degradar los alimentos conservados en latas o botes de cristal. Un concurso de 1810 para proveer de alimentos duraderos al Ejército francés dio a conocer este proceso, inventado por el cocinero Nicolás Appert, aunque no fue hasta medio siglo después, cuando el microbiólogo Louis Pasteur atribuyó la preservación de los productos alimenticios a la inactivación de los agentes patógenos.

Via Gumersindo Fernández