La decoherencia es el proceso por el que un sistema pierde sus propiedades cuánticas al interaccionar con el entorno. Sobre esos ya hablamos en esta entrada: ¿Qué es la decoherencia cuántica? Este proceso, junto al pequeño valor de la constante de Planck, es el principal responsable de privarnos de los interesantes fenómenos cuánticos en el mundo macroscópico en el que vivimos. La idea es sencilla. Un sistema cuántico interacciona con otro y se forma entrelazamiento entre ellos. Este entrelazamiento lleva consigo información sobre el estado del primer sistema, y eso hace elimina cualquier superposición que pudiera tener.
Sin embargo, parece que un sistema externo no es necesario, y eso es lo que han demostrado en un reciente artículo unos amigos de Viena. El artículo en cuestión se titula Universal decoherence due to gravitational time delation. La idea detrás del mismo tampoco es complicada. Imaginemos una molécula de un tamaño considerable. Esta tiene distintos grados de libertad, tanto intrínsecos como extrínsecos. Más concretamente, la posición del centro de masas de la molécula es un grado de libertad extrínseco. Las vibraciones de las distintas partes de la molécula dependen de la temperatura de la misma, y forman los grados intrínsecos. En principio, parece obvio que estos grados de libertad son independientes, de modo que las vibraciones en la molécula no dependen de su posición.