Generalmente, los malos de película nos han hecho pasar ratos muy desagradables delante de la pantalla. Sin lugar a dudas, unos más que otros: es pensar en el personaje de Javier Bardem en ‘No es país para viejos’ o en los chicos vestidos de blanco en ‘Funny Games’ y que un escalofrío recorra nuestro cuerpo.