Hay demasiados docentes que se pasan el tema de la protección de datos de su alumnado por el forro. Mediante justificaciones variopintas alegan que el uso de la herramienta A, B o C, es imprescindible para la formación de su alumnado. Que, sin poder gamificar mediante los muñequitos que ofrece la empresa X o usar la gestión de aula que ofrece la empresa Y son incapaces de dar clase. Que lo que les ofrece la administración educativa es un truño o, simplemente, que son incapaces de asumir el coste de aprender a usar una herramienta que ha pasado, por ciertos filtros, antes de ser considerada apta para su uso con alumnado.