Las apps de mensajería como WhatsApp o Telegram y las redes sociales se han convertido en un campo abonado para la proliferación de noticias falsas y bulos que corren como la pólvora de un móvil a otro.
En el mejor de los casos, tienen la intención de manipular la opinión de quien lo lee con respecto a una determinada tendencia política o de fomentar el odio hacia un colectivo social.
Perotambién hay que tener en cuenta que cuando estas noticias falsas llegan en un momento de máxima crispación a un determinado núcleo de población, pueden convertirse en el desencadenante de graves altercados que ponen en riesgo vidas de personas.