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Sin embargo, sobre todo para los usuarios que suelen utilizar extensiones para complementar las capacidades de Chrome, se encuentran con el problema de que las mismas no funcionan cuando el navegador se ejecuta en este “modo incógnito”, y quizás estos complementos son muy necesarios para desarrollar nuestras actividades en forma correcta y cómoda.

Cuando usas el modo privado navegas de tal forma que no dejas casi rastro de tu actividad al finalizar el paseo. La navegación privada no almacena cookies de rastreo, no se guarda un historial de sitios visitados, no se guardan datos de inicio de sesión, y en general el navegador "no recuerda quién eres" hasta cierto límite.

A estas alturas ya todos habremos oído hablar del modo privado o "incógnito" que ofrecen los navegadores. Aunque Safari lo implementó primero en 2005, no se generalizó hasta que lo implementaron Chrome y después IE y Firefox a finales de 2008/principios de 2009. Todos sabemos para qué sirve (por ejemplo, para usar tus cuentas en un ordenador ajeno borrando tus pistas), pero, ¿exactamente de qué te protege? ¿Cómo de privado es el modo privado?

Las mayoría de los navegadores actuales cuentan con una función que permite al usuario moverse por internet de manera incógnita, es decir, sin archivar los datos en el historial o guardando cookies. Esta función puede ser muy útil en algunas ocasiones pero también puede ocasionar algunos problemas si son nuestros menores quienes se dedican a investigar por internet utilizando este modo de navegación.