Con frecuencia un aprendizaje requiere de la lectura de materiales didácticos por parte de los estudiantes. Pero muchos de ellos sólo ojean por encima o se saltan esta lectura obligatoria al dar prioridad a otras tareas.
La falta de preparación conlleva que no puedan contribuir en las argumentaciones de clase y sean receptores pasivos de información, entendiendo el contenido del curso de forma superficial.