Cuando oímos hablar de un dispositivo wearable, lo primero que puede venirse a nuestra mente es la de un dispositivo futurista, propio de las películas de ciencia ficción. Pero son algo muy real e implantado en nuestro día a día. Desde pulseras o relojes inteligentes, hasta gafas y auriculares, los usuarios disponemos de una gran variedad de ellos. Pero, ¿somos conscientes de sus riesgos y vulnerabilidades?