En estos tiempos de creciente preocupación del usuario de Internet por la seguridad y la privacidad, puede ser que a medida que profundicemos en estos temas nos encontremos con dos tecnologías ("VPN" y "proxy") que pueden parecernos similares en muchos sentidos, pero cuyas diferencias son bastante relevantes.
Ciertamente, ambas tecnologías nos permiten conectarnos a ordenadores remotos, facilitando así enmascarar nuestra dirección IP. Pero dependiendo del uso concreto que queramos darle a esa capacidad (¿sortear los geobloques?, ¿eludir la cibervigilancia?) nos interesará más optar por uno u otro.