La Raspberry Pi se ha consolidado como una de las placas de desarrollo más populares en el mundo tecnológico. Su precio económico especialmente en su versión cero y su diseño compacto la hacen accesible para una amplia audiencia, que va desde entusiastas de la tecnología hasta estudiantes y profesionales.
A lo largo de los años, este diminuto ordenador ha sido utilizado en una amplia gama de proyectos, desde prototipos básicos hasta aplicaciones educativas y sistemas integrados. Sin embargo, muchas de estas placas se vuelven obsoletas para ciertos propósitos y acaban olvidadas en un cajón.