No podrás instalar macOS en la Raspberry Pi e instalar Windows 10 tampoco sale a cuenta, pero lo que sí que puedes hacer es lograr que al menos la interfaz de usuario con la que trabajas en este miniPC emule de forma realmente sorprendente la forma de trabajar de macOS o de Windows 10.
El truco está en la capacidad de personalización de Linux en general y de la distribución Raspbian para la Raspberry Pi en particular. Con iRaspbian es posible imitar la interfaz de macOS, mientras que con Raspbian X se imita el de Windows 10. Un método ideal para acercar estos dispositivos y Linux a usuarios que se hacen un lío con otra interfaz que no sea la de estos sistemas operativos.