La Food and Drug Administration (FDA) norteamericana aprueba un una presentación de un medicamento antipsicótico para el tratamiento de algunos cuadros de desórdenes como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, cuya particularidad es que incluye en la píldora un sensor que, tras disolverse la cubierta, es activado por los ácidos estomacales y envía una señal a un parche colocado en la piel, que se comunica con una aplicación que permite registrar la ingestión. El desarrollo del sensor ya había sido aprobado en 2012, esta es su primera incorporación a un tratamiento.