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Cuando compras una impresora 3D, ya sea montada o por piezas, y ya está lista para imprimir lo primero que hay que hacer es nivelar la base de impresión. A esto se le da mucha importancia en todos los foros, y no es para menos, ya que si no está bien nivelada depende de en qué zona este, la punta del extrusor quedará más o menos cerca de la base haciendo una capa más ancha y plana (en el caso de estar muy cerca) o cilíndrica (en el caso de estar justo a la medida) o como a saltitos (en el caso de que haya quedado demasiado lejos, perdiendo mucha adherencia).

Copiado de: https://descubrearduino.com/

Muchas veces queremos imprimir en 3D piezas muy esbeltas o con poca superficie y antes de que termine la impresión ésta se despega. Este problema se puede solucionar añadiendo una pequeña base de poco espesor que posteriormente podremos eliminar de la pieza con facilidad.

Como se puede ver en el vídeo, una vez impresa la pieza que queremos pulir, debemos colocarla sobre la bandeja. Dentro del vaso, justo en el fondo, debemos colocar el papel empapado en acetona sujeto con el trozo de cartón. En este punto debemos tener en cuenta que los vapores de la acetona son tóxicos así que lo mejor es asegurarnos de que hacemos este trabajo en un lugar muy bien ventilado. Una vez tenemos todos estos pasos, tan sólo nos queda situar la pieza en su soporte sobre una bandeja con agua y taparla con el vaso.

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Hoy en día, la impresión 3D es la más adecuada  para prototipos rentables producidos con un tiempo de entrega corto. Por lo general, las piezas no son funcionales e ideales para aplicaciones en las que se necesitan comprobaciones de forma o ajuste. Debido a esto, las piezas a menudo dependen de la estética o la apariencia haciendo un  post-procesamiento, una etapa importante en la producción.