Es posible que, con la subida de los precios de los combustibles, algunos conductores hayan decidido cambiar su tradicional llenado del depósito con gasolina de 98 octanos a uno con gasolina de 95 octanos. Una decisión con la que ahorrar unos euros a final de mes pero que puede dejar descontentos a algunos de ellos.
En primer lugar, lo que tenemos que saber es que no hay una diferencia sustancial entre la gasolina de 95 octanos y la de 98 octanos, aunque no tienen por qué ofrecer el mismo rendimiento. El secreto está en su capacidad para ser comprimida.