La biomasa es la fuente de energía más antigua conocida por el hombre: la combustión de materia orgánica para generar energía térmica y luego calor. Esta práctica ha avanzado mucho si hablamos de eficiencia, tanto en la calefacción de viviendas como en la producción de electricidad. La biomasa aplicada al ámbito doméstico es una excelente fuente de energía térmica capaz de eliminar, o al menos reducir, nuestra dependencia de los combustibles fósiles como el gas, el carbón y el petróleo.