La ambliopía, u ojo perezoso como también se le conoce, es la pérdida de la capacidad de un ojo para ver los detalles y es la causa más común de problemas de visión en los niños. ¿Qué la causa y cómo se trata? ¿Se puede prevenir?
La ambliopía se describe como un desarrollo incorrecto del nervio óptico en la infancia, a causa de que uno de los dos ojos envía una imagen borrosa o incorrecta al cerebro. Eso tiende a confundir al niño, y existe el riesgo de que el cerebro aprenda a ignorar la imagen distorsionada procedente del ojo con la alteración. Por ese motivo, en ocasiones también se conoce este trastorno como “ojo perezoso”. Hay varias afecciones oculares que pueden provocar este efecto.
El recurso más habitual es colocar un parche en el ojo que no sufre ninguna anomalía. Ello fuerza al ojo con el defecto a trabajar, lo cual permitirá que el nervio óptico prosiga con el desarrollo normal. Si la causa de la ambliopía es la hipermetropía, la miopía o el astigmatismo, el niño necesitará gafas.