CARMEN GIRONA 7 JUL 2011 - 11:48 CET
Después de innumerables campañas parece que los españoles hemos interiorizado lo importante que resulta emplear cremas para proteger nuestra piel de los efectos del sol. Pero, ¿y nuestros ojos? Más del 30% de las gafas que utilizamos no están homologadas, según la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico (Fedao). Son lentes que pueden ocasionar problemas visuales y ser una opción peor que no llevarlas. Sabemos que los rayos ultravioleta (UV) puede causar cáncer de piel, pero muchos desconocen que la segunda enfermedad más común asociada a esta radicación son las cataratas corticales.
Una protección ocular inadecuada puede generar, además, trastornos leves que producen picor o enrojecimiento de los ojos, pero también puede provocar úlceras corneales, dañar seriamente la retina o acelerar otros procesos degenerativos.
Pero, ¿qué tiene que tener en cuenta el comprador?, ¿en qué se debe fijar? Las dos estructuras de las gafas de sol (lentes y montura) deben estar homologadas. Las gafas que han pasado los procesos de homologación tienen que tener una marca que lo certifique y la tarjeta de garantía de la Comunidad Europea (CE). Esto se traduce en que, además de cumplir con la normativa europea, cumplan con la norma de estandarización específica de cada Estado, que en España es la UNE EN 1836:2006+A1.
Las gafas que se venden en la mayor parte de bazares, top manta y mercadillos no pasan el control de calidad. Sus lentes pueden ocasionar problemas visuales y ser una opción peor que no llevar gafas.
Protege tus ojos, ¡visita a tu óptico optometrista!