Diario de un ateo: La tolerada esclavitud católica | Religiones. Una visión crítica | Scoop.it
Lo bueno de la iglesia católica es que como sus antidemocráticos y muchas veces inhumanos comportamientos son ancestrales pues todo se tolera en nombre de una disparatada y mal entendida “tradición”.

Porque sólo así se puede entender el macabro privilegio eclesiástico que consiste en permitir en una democracia avanzada del siglo XXI que adolescentes (cuanto más jóvenes mejor, puesto que si crecen un poco luego ya es imposible engañarlos) que todavía no han desarrollado de pleno su personalidad puedan “elegir libremente” (menudo eufemismo) encerrarse de por vida en un convento, mortificarse el cuerpo y la mente realizando duros trabajos físicos (eso si no se aplican la masoquista "disciplina" católica de mortificación o más bien tortura), en condiciones de escasez de alimentos, con pobre vestimenta y sin la más mínima comodidad (que eso de la calefacción o el agua caliente pone al creyente directamente en manos del Maligno), por supuesto sin recibir nunca estipendio o remuneración alguna (que ya sabemos que eso de salarios, cotizaciones sociales e impuestos nunca ha sido santo de la devoción católica) y coartando cuando no impidiéndoles la más mínima libertad de movimiento, de acción, de opinión y hasta de pensamiento.