Ver a un ser humano atado con una cadena en los pies a un poste en el siglo XXI produce una impresión relevante. Si además, esto se realiza en el contexto de un enfermo psiquiátrico que no recibe ninguna medicación y su tratamiento consiste en el rezo bajo el culto cristiano evangelista, más aún. Pero esto es una realidad que se vive en diversos países africanos en estos momentos.