Es de sobra conocido que desde la noche de los tiempos todos los chamanes han utilizado diversos psicotrópicos extraídos de las más diversas plantas para acercarse a (o más bien inventar) la divinidad. Lo que quizás ya no sea tan conocido es que muy probablemente el más que famoso Jesucristo haya sido uno de estos adictos a la drogadicción espiritual.
La palabra Cristo significa "el ungido" y el "crisma" es un tipo de aceite aromatizado que en Israel se fabricaba exclusivamente para uso sacramental de los sacerdotes judíos con una mezcla de aceite de oliva y diversas plantas aromáticas como mirra, canela, casia y "caña aromática".