Es cierto, Santa Marta está cambiando... para peor. Colombia es un Estado laico y ningún alcalde tiene por qué desconocer eso, ni siquiera para llenar todo un estadio.
Estoy seguro que los contribuyentes no-cristianos no pagan sus impuestos para esto. ¿Por qué dios no puede ser bueno también con ellos y dejar de tratarlos como ciudadanos de segunda clase?