La crisis de los cuidados: ¿la “otra” crisis? | ¿Qué está pasando? | Scoop.it
El cuidado es un gran devorador de tiempo pero no le damos importancia e ignoramos su valor.

El cuidado es esencial para el mantenimiento de la vida y la reproducción social y, por tanto, no es nada marginal. No hay sistema productivo ni sociedad alguna que pueda existir sin que se reproduzca la vida y se sostenga. Las personas enferman, envejecen, se lesionan, mueren y, antes, han de nacer. Todo ello requiere de la satisfacción de las necesidades diarias, como alimento, ropa, cobijo, asistencia en caso de enfermedad o dependencia, y también requiere el reemplazo: la procreación. Las actividades de cuidado se efectúan mayoritariamente en la familia, se hacen por afecto o por obligación moral, o por las dos cosas a la vez. Forman parte de la “economía del afecto”, y utilizo este término en un doble sentido: porque tienen valor económico (lo que queda de manifiesto cuando las realiza el mercado o el Estado) y también porque economizan gasto público cuando es la familia quien las hace.