Golpe bajo a la industria pornográfica española. El Ministerio de Cultura, en estrecha colaboración con el Instituto Cervantes, ha elaborado una ley que prohíbe el rodaje de filmes de contenido sexual considerado “degradante, inaceptable o que atenta contra los principios de la Constitución Española”.


Cultura ha decidido regular la pornografía tras descubrir que, según su portavoz, “muchas actrices son obligadas a llevar a cabo prácticas sexuales fetichistas y retorcidas, como por ejemplo, hablar en catalán durante el acto, lo cual es antinatural. Desde el Ministerio creemos que obligar a una mujer a hablar una lengua que no sea la española durante el coito es humillante. Especialmente el catalán. Especialmente si mientras lo habla tiene un pene en la boca”.

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