(2018\09\05) Hoy día el transporte es el principal responsable de la generación de gases de efecto invernadero en Europa tras el sector energético, pero ni las resoluciones de los tratados internacionales ni los compromisos voluntarios van demasiado lejos a la hora de alcanzar la descarbonización del sector. Los países del G20 (países industrializados y emergentes) son los responsables de la mayor parte del consumo mundial de combustibles para vehículos y de la emisión de gases de efecto invernadero relacionada con el transporte. El consumo no para de crecer y casi se ha duplicado entre 1990 (fecha de referencia de los acuerdos de cambio climático) y 2016. Consumen y emiten dos veces y media más que el resto de los países del mundo.

Las ciudades europeas insisten en las recomendaciones, adquieren unidades eléctricas de transporte público, se crean infraestructuras para el uso de la bicicleta y establecen algunas restricciones de tráfico, como se está haciendo poco a poco en nuestra comunidad, pero la industria automovilística sigue produciendo más y más vehículos y la ciudadanía compra. Las curvas de CO2 del sector transporte siguen ascendiendo.