(2017\05\31) Circular en bicicleta por la misma vía que los coches puede suponer respirar el doble de contaminación que por el carril bici o por las aceras, según un estudio de la Universidad de Navarra. Los primeros resultados del proyecto Life+Respira, impulsado por la Universidad de Navarra para mejorar la calidad del aire que respiran peatones y ciclistas urbanos en Pamplona, indican que un ciclista que se separe solo un metro y medio de distancia de la calzada respira alrededor de un 30 % menos de hollín, uno de los “principales contaminantes que produce el tráfico a motor”.
Para Jesús Miguel Santamaría, coordinador de Life+Respira, estos datos, aunque todavía son provisionales, indican que el nivel de algunos contaminantes en un carril bici “podría ser la mitad que en el centro de la calzada” y ello apunta hacia la “conveniencia de separar el tráfico de coches y bicicletas”. Los registros también han confirmado que la vegetación urbana “reduce notablemente” la contaminación, de modo que los parques y jardines “actúan como pulmones que limpian el aire de la ciudad”, informa la Universidad de Navarra. Por ejemplo, los setos que separan la calzada del carril bici “reducen en un 7-21 % la presencia de los principales contaminantes”.