(2019-08-02) Desplazarse en taxi desde el paseo de Sarasate hasta el aeropuerto de Noáin cuesta unos quince minutos. Esto en una mañana tranquila de agosto, a lo que habría que añadir, al menos, cinco minutos más si hiciéramos el mismo trayecto en hora punta de un día laboral de otoño. En cualquier caso, el precio del taxímetro no bajaría de los 15 euros, pudiendo superar incluso los veinte. Pero a partir de ahora los usuarios no tendrán más que abonar setenta céntimos por persona -los menores de cinco años están exentos de pago- lo mismo que cuesta la villavesa. Y es que esta es, precisamente, la idea: que los taxis sustituyan el servicio que hasta ahora daba la línea A, que unía la estación de tren, la de autobuses y el aeropuerto. Parece pues, que los taxis son las nuevas villavesas, o como dirían los modernos, the taxi is the new bus. Aun así, surgen dudas entre los usuario. Ayer uno preguntó si el precio era individual o a repartir entre todos los viajeros, y un conductor comentó que otro no entendía por qué el taxista no le dejaba en la puerta de su casa.