(2019-06-05) El hombre ha conseguido modificar el planeta en beneficio propio. En ocasiones, a un ritmo acelerado creando graves problemas medioambientales. Son los grandes desafíos a los que se enfrenta la sociedad actual: cambio climático, escasez y baja calidad del agua para el consumo, lluvia ácida y un largo etcétera. Pero tiene una cualidad que lo puede hacer único: “Lo que más embellece al desierto es el pozo que oculta en algún sitio...” (El Principito, 1943). A ese pozo del desierto se le puede llamar conciencia y podemos convertirnos, en este sentido, en educadores.

 

Desde pequeña he escuchado en casa que cuando se cría a un niño, los padres o tutores deben fomentar unos valores para formar a personas que sepan vivir en sociedad. En el sentido más medioambiental, respetar el entorno es un primer paso para esa convivencia. La calidad ambiental nos afecta a todos y cuanto mejor sea, nuestra calidad de vida y la de las futuras generaciones será mejor.

 

(...) Enseñar a un niño que el entorno importa, es decir, que no debemos consumir todo lo que nos apetezca o generar todos los residuos posibles, le dota de una perspectiva ajena a él mismo integrándolo en un entorno como parte fundamental de él y no como núcleo.

Disponible para NASUVINSA: H:\03_LURSAREA\Hemeroteca\2019-06-05 DNav p.012 El Día del Medio Ambiente o cómo educar en valores.pdf