(2018\04\29)
A imagen de una mano introduciendo una moneda para determinar el tiempo, siempre aproximado, que un conductor dejará su vehículo aparcado nos viene a todos a la cabeza cuando hablamos de la zona azul. Con defensores y detractores sobre la eficacia de la ampliación del estacionamiento regulado en cada vez más espacios de Pamplona, lo cierto es que la pregunta queda en el aire. ¿Hasta qué punto es necesario seguir dando pasos para que la ciudad sea un lugar de pago? ¿Servirá la zona azul para paliar, por fin, los problemas de aparcamiento que sufren a diario vecinos y trabajadores? ¿Es factible su desaparición?
Todas estas preguntas y muchas más murmullan por la calle. Personas que prefieren una alternativa que no sea desembolsar a cada minuto de la jornada, y gente que opta por ahorrar en gasolina sin verse obligado a dar cuatro vueltas a su manzana antes de poder aparcar. Barrios como la Rochapea desempeñan sus quehaceres con la espada de Damocles sobre sus cabezas. ¿Cómo quedará definitivamente su calle? ¿De verdad existe el llamado efecto frontera? ¿Tendré que sucumbir y pagar una plaza de aparcamiento privado?
Disponible para NASUVINSA: H:\03_LURSAREA\Hemeroteca\2018-04-29 DNav p.028-029 Hay que extender la zona azul en Pamplona.pdf