En El Salvador, hablar de creencias religiosas diversas es un tema tabú. Se asume que la religión católica, practicada por la mayoría de la población, es la “única y verdadera”, despreciando otras denominaciones y prácticas. Lo que a muchos se les olvida, o lo que ignoran, es que en nuestro país varias religiones conviven en el mismo territorio de manera armoniosa.