Como en los años de la revolución industrial, el silencioso río Támesis a su paso por el centro de Londres es testigo de otro hito tecnológico. Esta vez es la instalación del primer techo de placas solares sobre un puente, el ferroviario de Blackfriars, que generará la mitad de la energía que consume la estación ferroviaria a la que desemboca el puente y las vías del tren. En total se han encajado 4.400 paneles fotovoltaicos que reducirán las emisiones de carbono (CO2) en unas 511 toneladas anuales, más o menos las que generan 89.000 viajes en coche.
La inauguración del techo solar este lunes ha tenido un sabor muy inglés. Los miles de pasajeros que pasan cada día por la estación de tren Blackfriars, que une la City o el sector financiero de Londres con el sureste de la ciudad, han sido obsequiados con una taza de té gratuita.
La explicación del brebaje de balde es la siguiente: la nueva cubierta ecológica de la estación, integrada por 4.400 placas HIT de Panasonic, fabrica energía suficiente para producir 80.000 tazas de té al día.
En total, las placas solares ocupan 6.000 metros cuadrados y forman una techumbre que ha sido amalgamada en los últimos dos años al precio de 9 millones de euros. La construcción del tejado solar empezó en octubre del 2011, y además de la empresa fabricante de los paneles, han participado también la compañía Solar Century, que se ha responsabilizado de la instalación de las placas, y la empresa First Capital Conect (FCC) que opera los trenes de la estación citada.
La pionera cubierta en la ciudad en la que el sol no reluce, precisamente, a diario contribuirá a disminuir las emisiones de carbono. En Londres, el 22% de estas emisiones proceden del transporte en general. El tejado solar de la estación de tren de Blackfriars se está convirtiendo, además de una gesta tecnológica y ecológica, en un nuevo icono de la ciudad puesto que se vislumbra en varios kilómetros a lo largo del río Támesis y junto a la catedral de San Pablo.
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