Escepticismo y pensamiento crítico

En realidad, habría que matizar bastante el título de esta columna. Por un lado, porque lo de “medicina natural” es casi una contradicción en los términos: lo natural sería, en todo caso, que nuestro organismo luchase contra las enfermedades como buenamente pudiera, pero cualquier ayuda que le demos es una intervención artificial. Incluso abiertamente antinatural: es cierto que algunas plantas, por ejemplo, producen sustancias con efectos medicinales, pero no lo hacen por ninguna clase de sentimiento altruista hacia el ser humano, sino para sus propios usos, y esos efectos en nuestro organismo son una pura y afortunada casualidad.
…………Por otro lado, también habría que cuestionarse el uso del término ‘medicina’. La fitoterapia, de nuevo, sí que emplea productos con principios activos (a veces) y puede tener influencia sobre nuestra salud (también a veces), pero la mayor parte de lo que llamamos “medicinas naturales” no son más que creencias mágicas sin el menor fundamento. La “ley de los similares” de la homeopatía y las bases de las medicinas tradicionales china o india son simples manifestaciones de “la magia simpática”, “las energías vitales” que manejan el reiki y las demás “medicinas energéticas” son puramente imaginarias, e incluso en los pocos casos en los que puede haber cierto efecto fisiológico (la acupuntura o la quiropráctica para determinados dolores) se trataría, en realidad, de efectos secundarios: los pinchazos podrían estar estimulando la secreción de endorfinas, y los quiroprácticos, en sus esfuerzos para corregir las inexistentes “subluxaciones”, llevan a cabo sin querer un masaje muscular.
…………Y, por último, está la cuestión del “éxito”. Para los partidarios de estas prácticas, este término es equivalente a “popularidad”, y hablan de un auténtico auge de “las medicinas naturales”. Lo que no suelen dar es cifras concretas, así que es difícil saber si de verdad su uso va en aumento. De hecho, algunos datos podrían incluso indicar lo contrario: el último hospital homeopático que mantenía el sistema nacional de salud británico, el de Bristol, acabó cerrando por falta de pacientes, la multinacional farmacéutica Merck va a cerrar su filial “alternativa” Seven Seas por falta de rentabilidad… Todo ello sin olvidar que muchas de estas prácticas suelen emplearse como complementarias, y en una situación de crisis, lo primero de lo que se prescinde es, precisamente, lo complementario.
…………Vamos, que de “natural”, nada, de “medicina”, poco, y lo del “éxito” no está tan claro. Pero lo que sí está claro es que se trata de una realidad social que atrae a un buen número de pacientes, así que, vaya o no en aumento, sí que gozan de cierta popularidad, y puede ser interesante tratar de comprender por qué ocurre así.